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miércoles, 8 de febrero de 2012

The Last Vegas en Gijón - Sala Monkey Club (05/02/12)

Y empezamos con el concierto más reciente que hemos visto. El grupo de Chicago "The Last Vegas" producidos por el mismísimo Nikki Sixx (Mötley Crüe) y teloneros en su corta trayectoria de dioses como AC/DC o Guns n´Roses.

Hemos de ser sinceros y decir que no teníamos ni puta idea de quiénes eran. Nos enteramos por una colega (gracias Lauright)  que nos comentó que los había visto hacía un par de años y que le habían molado bastante.  El precio de la entrada, 12 € anticipada y 15 € en taquilla, nos animó a ir, sin ninguna duda, al Monkey Club. A esos precios es difícil decirle que no a una noche de rock.

Nos extrañó la hora de inicio. Las 8:30 de la noche nos parecía demasiado pronto, aunque teniendo en cuenta que era domingo, casi que lo agradecimos porque al día siguiente tocaba currar. Más tarde vimos la gira que les esperaba y entendimos el porqué de los horarios.

Mientras nos apretábamos la primera cerveza pudimos ver a varios de los componentes charlando con la parroquia. No es que los conociésemos físicamente, pero unos tíos rubios, con el pelo largo y con chalecos y pantacas de cuero, no son muy comunes los domingos por la noche en Gijón. Los sábados de noche sí....

Suenan los primeros acordes. Ritmo básico y pegadizo. El cantante aulla al hacer su entrada, esto promete.  Se contonea y pone morros como los rokeros glam de antaño. El batera no se queda atrás asemejándose a Animal de los Muppets. Bestial!!!.

Tras las tres primeras canciones empiezan con el único tema que conocíamos a través de internet "The Other Side" y aquí es cuando la peña se empieza a animar moviendo cabezas y dando patadas al suelo como posesos. La transformación del público es paulatina y después de temas como "I´m bad""Evil Eyes" el grupo consigue meterse a la gente en el bolsillo.

Nos sorprende la potente voz del cantante con dos registros totalmente diferentes. El batería se nota que ha nacido para eso y que disfruta en cada golpe a la caja. Llega a tocar hasta de pie en los puntos álgidos de los temas. La puesta en escena es muy profesional. Esta peña viene de tocar en estadios abarrotados con 30.000 personas y en el Monkey no debíamos de llegar a los 150. Pero a ellos les da igual. Lo dan todo. Saltan al unísono en los acordes finales de los temas, se desgañitan la voz en los coros, se pillan una sudada bestial para satisfacernos. Y lo consiguen.

La mayoría de los presentes acabamos brincando por la sala tras setenta minutos de pura energía. Queríamos más y prueba de ello fue la no muy ortodoxa y enloquecida solicitud de bises. Entre gritos y aplausos reclamamos su presencia sin dejarles tiempo a relajarse para tomarse unas birras en el descanso.

La actuación finaliza. Nadie quiere largarse, pero saben comportarse como los grandes y se dejan hacer fotos con la peña. Todos participan en la firma de discos y hablan distendidamente si les preguntas algo, o bien sonrien si lo intentas (ya que no todos los asistentes speakean english a la perfección).

Nos pillamos el disco en formato vinilo, que para eso tenemos un tocata estereo en casa que amortizar. Hablamos con el batería y le decimos que nos recordó a Animal, el de los muppets. Nos dice entre risas, que sólo le falta ser rojo y el mimetismo sería completo. Cuando le pedimos al guitarra que nos rubrique el interior, se queda un rato flipado mirando el material gráfico de la contraportada. Le preguntamos si es que no lo había visto aún editado y nos confiesa que son fotos de lo que tiene en las paredes de su habitación. Unos auténticos cracks. (9 de 10)



 











1 comentario:

  1. Si, yo también fui y me gustó mucho!! Los he anotado en mi lista de bandas a seguir!

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