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lunes, 16 de abril de 2012

Sudor, sangre y decibelios....

En primer lugar, quiero felicitar al fenómeno que parió este blog por su bonita iniciativa, muy de agradecer, y más teniendo en cuenta los pésimos tiempos que corren para el rock and roll. También quiero agradecerle la “oportunidad” que me ha brindado para aportar mi pequeño granito de arena. Y digo “oportunidad” porque la presente fue escrita casi a punta de escopeta de cañón recortado. Espero, primo, que con esto nuestra deuda quede saldada. Y ahora, al lío...

Si mi maltrecha memoria no me falla una vez más, (por todos es sabido que los excesos se pagan...) fue hace unos cuatro años cuando vi por primera vez al grupo que nos ocupa. Y, ¡qué coño!, la única, hasta la fecha. Seventyseven. ´77, para los amigos.

Probablemente, muchos no hayáis oído jamás su nombre. Si como dice la cabecera de este blog; lo vuestro es el rock, yo os garantizo que no lo vais a olvidar. ¡A Lemmy pongo por testigo!. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero es inevitable acordarse de los legendarios AC/DC de la primera época, la de Bon Scott (no la buena época, porque la segunda también lo es, pero sí la mejor) al escuchar el primer acorde de cualquiera de sus temas. Y eso, muy señores míos, son palabras mayores. 

´77

La cosa no queda ahí. En cuanto Armand, guitarra rítmica y voz del grupo, suelta el primer alarido los pelos del saco escrotal se te ponen como arpones. Sin embargo, y pese a ser evidente la influencia que debió ejercer la banda sobre estos jovenzuelos, no me parece una comparación adecuada. Me explico. ´77 tienen la suficiente personalidad, calidad ycara dura en la “arena” como para que no se les tenga que comparar con nadie. Tienen alas propias y su despegue es definitivo. Su rock es crudo, sin alardes innecesarios ni concesiones, sólido como una roca y va directo a las tripas. 

¡Rompiendo cuerdas! ¡Rock n´Roll!


Pero si algo les caracteriza, por encima incluso de su talento musical, es su directo. Sencillamente demoledor. El guitarrista-solista es de otro planeta, desconozco si es pronador o supinador, pero este
chico no gana para calzado. Eso es dejarse la sangre, el sudor y las lágrimas en el escenario. En cuanto a Aitor, el del Rickembaker, qué os voy a contar: ¡un verdadero animal de escenario!. Además, es muy buena gente. Capítulo aparte merece el baterista. No quiero ni imaginar el trasiego de ácido acetilsalicilico en casa de su sagrada familia, cuando empezaba a aporrear su primera batería ¡Qué bestia!


¡Eh, vosotros! ¡Venid al concierto!


Pues bien amigos, estamos de suerte, presentan su disco “High Decibels” y el sábado 21 de este mes los tenemos en la sala Buddha de Gijón. No se me ocurre una manera mejor de demostrar de qué pasta estamos hechos. Así que ya podéis empezar a hurgar entre los cojines del sofá en busca de monedas. Puede que sean vuestros diez euros mejor invertidos en mucho tiempo. Ya me daréis las gracias.






Salud y Rock. Siempre vuestro, BBKink.

Artículo escrito por BBKink para L´R´L´.

Os dejamos una pequeña muestra de lo que va a pasar el sábado en la Sala Budda. Disfrutad.


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