Sala: Acapulco (Casino de Asturias) – Gijón; Fecha:
19/10/2012; Promotor: The Promouters; Precio: 12 € anticipada, 15 € taquilla;
Aforo: 100 personas.
Y llegó el huracán “Tracer”
a tierras astures. Había muchas ganas de ver al trío australiano después de ir
cosechando éxitos en sus conciertos anteriores por toda España. Y también al
fin, la gente respondió a la llamada del rock y hubo una entrada más que
respetable (unas 100 personas) para lo que son este tipo de conciertos.
Los "leds" del casino molan mil |
Pues bien, a eso de las 10 de la noche, las luces de la Sala
Acapulco se apagaron y los chicos oceánicos comenzaron a golpearnos con su
stoner rock. Guitarras pesadas, acordes rápidos y algún que otro riff,
empezaron a calentar el ambiente y los primeros vítores no tardaron en aparecer
en el respetable.
Tocaron temprano uno de sus hits más conocidos “Devil Ride” y tras deleitarnos con
varias canciones de su último trabajo “Spaces
in Between”, la apoteósis llegó con una versión de la mítica canción “War Pigs” de “Black Sabbath”.
Hasta ese momento la cosa había ido muy bien pero a
partir de ahí tocamos el climax del rock. El público, totalmente entregado,
jaleaba y alentaba cada nueva canción como si no hubiese un mañana. Era verdad
todo lo que habíamos leído sobre ellos.
Son jóvenes, pero la mezcla de estilos
músicales (rock de los 70 con stoner rock de los 90) hacen que si tienes algún
problema, este, desaparezca al escucharlos. Es inevitable la comparación con
grupos como “Kyuss” o “Soungarden”, debido sobre todo a la voz
de Michael Brown, con un timbre de
voz increíblemente parecido en los agudos a Chris Cornell. Y sí, esta gente lleva todo el verano de gira con Zakk Wilde y sus “Black Label Society”, lo cual ya hace sospechar que tienen mucho
rock en sus venas para lograr algo semejante.
Pero volvamos al concierto,
porque aún nos esperaba la traca fina. Su tema hasta ahora más conocido “Too Much” terminó por destruirnos ya
que lo tocaron más rápido que nunca y eso hizo que la gente no parase de mover
sus cabezas, pies, y manos despiendo así lo que había sido una gran noche de
rock n´roll.
Tras el espectáculo, cabe destacar que además de buenos
músicos son humildes ya que firmaron todo lo que se les ponía delante de su
cara. Regalaron posters y estamparon su firma en discos hasta la saciedad.
Más
tarde disfrutaron de la noche gijonesa hasta altas horas de la madrugada. Unos
cracks. Sólo nos queda decir que esperamos que este sea el primero de muchos
conciertos de este estilo en Gijón y animar a la gente a que responda tan bien
como con “Tracer”.
Juan "LRL" y Michael "Tracer" al final del bolo |